sábado, 9 de febrero de 2013

MURIENDO JOSÉ ANTONIO




MURIENDO JOSÉ ANTONIO

Antes de huir en estrellada cita
lejos y clara, mirada serena,
dirigió a Dios su carga llevadera
y a España le ofreció, dulce y marchita.

Acoge Dios cual canto de alabanza
el corazón que va a dejar el suelo
y, sin dejar que se convierta en duelo,
le duerme en una España de Alianza.

“Como en aquel madero duro y frío
tu Patria está sin sol, abandonada...
Mas..., mi Costado abierto no en baldío

levantará su vida en alborada,
flores y frutos de singular estío,
José Antonio, hijo mío, hijo de España”


            Mercedes Colubi (*)


(El primer soneto que hago en mi vida, dedicado con admiración a José Antonio Primo de Rivera y a mi amigo José Mª Tuñón Aza)

(*) Mercedes Colubi es religiosa.

1 comentario:

  1. Mercedes, mira que yo le rezo a José Antonio. Es uno de nuestros mártires y el más excelso. Le mimó Dios en vida y ahora le tiene en su gloria y le ha dado el Paraíso en que no se descansa nunca. Sigue empeñado en el servicio de Dios. Lo que él quería y lo que Dios le regala.

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