miércoles, 30 de mayo de 2012

Nuevo número de Altar Mayor


A disposición de los lectores se encuentra ya el primer tomo del nº 147 de la Revista Altar Mayor; revista que edita la Hermandad del Valle de los caídos y dirige Emilio Álvarez Frías.
Comparten páginas en este número interesantes artículos sobre geoestrategia que firman Natividad Carpintero y Nuria Martínez, por una parte y Armando Marchante por otra.
La historia del pensamiento en general y político en particular, son objeto de documentados artículos por parte de José Luis Orella y Gustavo Morales (artículo que, por su interés, reproduce este blog).
La Economía también cobra un papel destacado en este número con dos aportaciones de los profesores Juan Velarde y José Manuel Cansino.
Otros artículos imprescindibles son los de Luis Fernando de la Sota, Valentín Arteaga, Luis Buceta, Licinio de la Fuente, Alfredo Amestoy, Manuel Parra o Moisés Simancas, por citas sólo un ramillete de los 24 artículos que incluye este número en cuya portada aparece reproducido el óleo "Pensamiento del navegante" de Daniel Vázquez Díaz y cierra, en contraportada, "Torre de los Siete Picos. La Alhambra" de Joaquín Sorolla.

+ info en www.hermandaddelvalle.org

Del corporativismo al sindicalismo en José Antonio Primo de Rivera (publicado en hispaniainfo y en Altar Mayor nº 147)


Por Gustavo Morales.

El objeto de las líneas siguientes es ilustrar el devenir del sindicalismo en el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera. De la confusa defensa de la protección obrera de la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, amigo de “las alegrías verbeneras de la música”, pasando por el corporativismo hasta la final simpatía por el viejo sindicalismo revolucionario español. Este artículo ilustra la variación que se produjo respecto al sindicalismo en el pensamiento de José Antonio expresado en sus discursos y escritos durante sus seis años escasos de vida política: 1930-1936.
José Antonio ofrece un diagnóstico, no un veredicto. La unidad es el remedio contra la división, en su tiempo señala las causas de ésta última: separatismos locales, lucha de clases y partidos enfrentados electoralmente. Esa unidad como remedio se realiza en torno a una misión concreta que distingue a esa nación entre las demás. El grito elegido no es viva, sino arriba. Su origen está en el vallisoletano y regeneracionista Macías Picabea. Es la antítesis del romanticismo: “Amamos a España porque no nos gusta” que no se regodea en interpretaciones gruesas del pasado. El abogado Primo de Rivera no se resigna a convivir con la España chata y alicorta. “Si España fuese un conjunto de cosas melancólicas, faltas de justicia y de aliento histórico, pediría que me extendieran la carta de ciudadano abisinio; yo no tendría nada que ver con esta España”. La justicia y el sentido de la historia, la misión en palabras de Julio Ruiz de Alda, héroe del Plus Ultra, forman parte indisoluble con la idea de patria en José Antonio, una idea dinámica: destino, proyecto, unidad en los hechos, sin determinismos territoriales ni fatalismos raciales. José Antonio centrará la representación política y laboral en sindicatos y municipios, abolirá la lucha de clases mediante la cesión de los medios de producción a los sindicatos y levantará una idea de nación como proyecto para disolver el romanticismo desmayado del nacionalismo de terruño.

Para leer artículo completo pinche aquí 
http://www.hispaniainfo.es/web/2012/05/19/del-corporativismo-al-sindicalismo-en-jose-antonio-primo-de-rivera/

lunes, 21 de mayo de 2012

Publicado nº 108 de Cuadernos de Encuentro

Acaba de ver la luz el nº 108 de Cuadernos de Encuentro, publicación que edita el Club de Opinión Encuentros y dirige Federico Pino García.



El número incluye, entre otras colaboraciones, los artículos 'La tenora y la lira' y 'Rectificación del estado autonómico' de Manuel Parra Celaya, 'Cara al sol en la nieve' de Fernando Sánchez Dragó, 'Televisión islámica en España' de Luis Buceta y 'Teología y geopolítica. La tentación de Occidente' de Francisco Díaz de Otazú.

+ info www.opinion-encuentros.org

viernes, 18 de mayo de 2012

Exposición sobre la revista 'Vértice' (Agencia EFE. ABC 17-5-12)


Entre abril de 1937 y marzo de 1939, el bando nacional contó en la Guerra Civil con un aliado mediático como fue la revista "Vértice", cuya historia repasa una exposición que ha abierto hoy sus puertas en el Museo de Adolfo Suárez y la Transición (MAST), en Cebreros (Ávila).
La muestra, que ha comenzado hoy su itinerancia por Castilla y León, está organizada en colaboración con la Fundación del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y permanecerá en la tierra natal del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez hasta el 12 de junio.
Según ha explicado a Efe Cristina Blanco, gerente del museo, la exposición recoge los veinte números publicados por "Vértice", así como los ocho monográficos que editó esta publicación "de una gran calidad".
A modo de ejemplo, baste citar un gran desplegable que incluyó en uno de sus números, con una fotografía de Madrid de nada menos que dos metros.
"Vértice" se convirtió además en "el escaparate del Régimen" y otorgó el protagonismo literario y social al grupo de escritores "nuevos" más valioso de la España franquista, como pudieron ser Rafael Sánchez Mazas, Víctor de la Serna, Ernesto Giménez Caballero, Álvaro Cunqueiro, Luis Rosales o José Luis López Aranguren.
También en sus páginas escribieron, entre otros, Edgar Neville, Agustín de Foxá, Eugenio Montes, Alfredo Marquerie o Gonzalo Torrente Ballester.
Con Manuel Halcón al frente de la publicación hasta 1939, año en el que fue sustituido por Samuel Ros, "Vértice. Revista nacional de Falange", que tal era su nombre completo, sirve de hilo conductor a una exposición que responde a un planteamiento crítico y a una reflexión contra la desmemoria, según fuentes de la organización.
Números originales, artículos destacados y carteles publicitarios conforman esta exposición en torno a una revista que aborda el lado opuesto de la historia que hasta ahora ha venido recogiendo el Museo de la Transición.
De hecho, la muestra abre al público como continuación a las dedicadas a "Hora de España", el "mejor exponente" de los intelectuales que "supieron estar por encima de las circunstancias", y "Ruedo Ibérico", la editorial del acervo intelectual en la clandestinidad.
 

jueves, 10 de mayo de 2012

Con la sal de mis huesos (Nicolás Miñambres en ABC)



“He escrito mucho, y confiadamente, / con la sal de mis huesos, poesía:», escribe Leopoldo Panero en uno de los sonetos más arrebatados, colofón de las reflexiones de Javier Huerta Calvo. Los cincuenta años desde la muerte del poeta no han fructificado críticamente, pero hay alguna muestra, como el tomo de estudios coordinado por Juan Manuel Sandín El peso de lo alegre y esta edición de Javier Huerta Calvo. Se trata de una luminosa exégesis de las motivaciones ideológicas y estéticas, planteada con mayor profundidad en la introducción de Obra Completa (2007).
Como en toda selección, los riesgos son inevitables, acentuados si se ha llevado a cabo de entre «los textos, que aparecían una y otra vez corregidos por el poeta en un terco y, a veces, exasperante ejercicio de depuración estilística». El rigor de le edición presenta un detalle especial: Javier Huerta Calvo es natural de aquella Astorga en la que Leopoldo Panero (en compañía de Luis Alonso Luengo y Ricardo Gullón, sus amigos del alma) dio sus primeros pasos literarios. Ello explica la mirada especial del editor sobre ciertos episodios estéticos y humanos y el rescate de documentos esenciales.
Javier Huerta Calvo recuerda que el poeta sufrió comprometidos embates vitales, estéticos e ideológicos, no siempre interpretados con acierto. Para conocerlos resulta esencial la novela de Andrés Martínez Oria Jardín perdido. La aventura vital de los Panero (2009). Sin olvidar El desencanto, documento cinematográfico estremecedor. Estigmatizado en algún momento con la etiqueta de escritor franquista (de la que emergería gracias a la edición de Andrés Trapiello Por donde van las águilas y otros poemas) el autor insiste en factores determinantes, soslayados con frecuencia: una sólida formación cultural, un cultivo temprano y apasionado de la poesía, su compromiso juvenil con las ideas progresistas y una temprana experiencia cosmopolita de su estancia en Inglaterra.
Luminosa resulta la visión humano-literaria de su relación con Pablo Neruda y César Vallejo, hasta el extremo de que este último llevó a Leopoldo Panero a cierta simpatía por las ideas comunistas. La guerra civil será decisiva. Detenido a su llegada de Inglaterra (al ser considerado colaborador del Socorro Rojo) los sufrimientos vividos en la cárcel de San Marcos de León harán variar sus vinculaciones ideológicas. Se adhiere a la Falange, si bien su compromiso nunca se tradujo en posiciones extremistas, pero sí facilitó su amistad con Agustín de Foxá, Luis Rosales y Antonio Zubiaurre, origen de una desgraciada experiencia en Sudamérica. No falta entre sus amigos Luis Cernuda, a quien conoce en 1946 en Londres, en el grupo de los exiliados españoles. Pero tampoco la relación con el poeta sevillano fue armónica. No son las únicas experiencias personales que se reflejan en su obra. Su intensa amistad con Pablo Neruda quedará truncada con Canto personal, libro que tal vez «acrecentara la inseguridad, la desconfianza de Panero a la hora de publicar».

La edición

Común al fervor de Javier Huerta Calvo por el poeta, se presenta la objetividad de sus juicios, reconociendo la «endeble condición» de algunos textos. Consciente de la dificultad que implica una selección, ésta se ofrece «en una sucesión continua y coherente (…) desde el primero [poema] que publicó en 1929 hasta el último que dejó sobre su escritorio la noche antes de morir, en agosto de 1962». El corpus queda enmarcado con «Arte poética» y «Epitafio». Todos los poemas vienen amparados por tres epígrafes: «Texto», indicando su procedencia, «Comentario», con reflexiones muy orientadoras y notas complementarias, lo que hace de En lo oscuro, una magnífica antología.