sábado, 24 de febrero de 2018

LOS SOCIALISTAS QUIEREN DECIDIR LA HISTORIA José María García de Tuñón (*)

En nombre del Grupo Parlamentario Socialista me dirijo a esa Mesa para, al amparo de lo establecido en el artículo 124 y siguientes del vigente Reglamento del Congreso de los Diputados, presentar la siguiente Proposición de Ley para la reforma de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura». De esta manera. Margarita Robles Fernández, portavoz de los socialistas, se dirigía al Congreso.



A continuación exponía los motivos que, a través de los mismos, los socialistas están dispuestos, cueste lo que cueste, a decidir su propia Historia, la Historia de España que es de todos los españoles. Pero son tantos los motivos que estos falsos y fraudulentos historiadores se les han ocurrido, que para repetirlos todos necesitaríamos un número especial y esto no es posible. De momento, trascribimos alguno de ellos: «La presente ley de reforma igualmente modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, introduciendo un nuevo artículo 510 bis que incluye diversos tipos penales dirigidos al castigo de las manifestaciones de odio contra víctimas del franquismo y de la Guerra Civil Española, el enaltecimiento del franquismo, así como la necesidad en democracia, de la ¡legalización de asociaciones o fundaciones que, con la justificación de fines sociales, realizan actos de exaltación franquista. También se recoge un nuevo artículo 320 bis dirigido a castigar a las autoridades y funcionarios públicos que incumplan esta ley o se nieguen a aplicarla. Para ello se sigue el esquema y las conductas típicas ya existentes en los artículos 320, 322 y 329 del Código Penal. Aunque el espíritu de la Ley de Memoria se basa en unos principios humanitarios, el tiempo ha demostrado la necesidad de introducir sanciones y plazos contra todos aquellos que, aún tras 40 años de democracia, no han asumido su deber de cumplimiento con las leyes y la Memoria Histórica».



No faltó, entonces, quien le preguntara al funesto y demagogo secretario del PSOE: «A ver, Sánchez, ¿propondrías que me multaran o me metieran en la cárcel si pongo una placa en la puerta de la casa de mi abuelo recordando que fue secuestrado y asesinado por milicianos anarquistas en el año 1938? No es una pregunta retórica, responde a la realidad histórica». Quien esto escribía, hace pocos días, en el diario ABC, es el periodista Carlos Herrera. A mí también me hizo recordar lo ocurrido con un pariente muy cercano que fue asesinado, mientras la Policía de la idílica República miraba para otro lado, el 21 de agosto de 1936, en Madrid, en las tapias del cementerio del Este. Su única falta era ser diputado de la CEDA. Después, también se lo pagaron con borrar su nombre de una de las calles de Mieres (Asturias) y de embadurnar el monumento, –que aún existe, no sabemos hasta cuándo–, que ilustra este artículo, donde se podría leer su nombre junto con otros muchos asesinados, que habían sido profesores o alumnos de la Universidad de Oviedo. La misma que volaron en el golpe de Estado que los socialistas dieron, sin conseguir salir victoriosos, en octubre del 34, y a cuyos principales cabecillas, Indalecio Prieto y Largo Caballero, les han levantado sendas estatuas en Madrid.


(Indalecio Prieto)


Otra de las cosas que vuelven a pedir estos indocumentados es la concesión de la nacionalidad española a los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales. Con el fin de hacer efectivo el derecho que reconoció el Real Decreto 39/1996, de 19 de enero, a los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales que participaron en la Guerra Civil de 1936 a 1939. Dicen ahora que no les será de aplicación la exigencia de renuncia a su anterior nacionalidad. Pero según la prensa, en el año 2009 publicaba que siete brigadistas recibieron de la mano del embajador español en Londres sus pasaportes españoles, en virtud de la Ley de la Memoria Histórica, que concede la nacionalidad por carta de naturaleza sin tener que renunciar a la suya propia. «Hemos tardado pero ahora hemos llegado a casa», aseguró Sam Lesser, de 94 años, brigadista internacional que combatió en la Ciudad Universitaria de Madrid. «Vuestra lucha no fue en vano», dijo el embajador español en Londres, en la época de Rodríguez Zapatero, Carlos Casajuana, quien también añadió: «Vuestros ideales forma parte de la fundación de nuestra democracia». Bien, independientemente de que es muy difícil comprender que se les conceda tal honor a quien ha venido a nuestra Patria a matar españoles, conviene recordar ahora aquellas palabras que Jacinto Benavente publicó en el diario La Vanguardia Española de Barcelona: «Acordaos del desfilar insolente de las brigadas internacionales, el desecho y la hez de toda la criminalidad del mundo, presidiarios indultados a condición de venir a combatir contra España». Desde luego, las palabras del embajador, de ser ciertas, al menos así las ha recogido el diario El País, son para enmarcarlas en un cuadro porque todos los historiadores de todos los signos –incluso los soviéticos o prosoviéticos– aceptan hoy la tesis formulada por el norteamericano David T. Cattell, cuando escribió en su libro Communism and the Spanish Civil War, que las Brigadas Internacionales fueron una fuerza soviética en España. Y claro, había entonces que preguntar al embajador: ¿Cuándo los ideales soviéticos formaron parte de alguna democracia?

(*) Historiador y presidente de la Fundación José Antonio Primo de Rivera. Artículo publicado originalmente
en "Desde la Puerta de El Sol"

domingo, 4 de febrero de 2018

..."Y VOLVIERON A FUSILARLOS"...

( EN RECUERDO DE LA HEROICA FALANGE  DE CALLOSA)

Esta semana el alcalde socialista del pueblo alicantino de Callosa del Segura, Fran Macíá, con la complicidad del Partido Popular, ordeno la retirada de la Cruz de los Caídos dónde estaban grabados los nombres de los falangistas asesinados en el año 1936.

Allí figuraba el nombre del Jefe Provincial de la Falange de Alicante, José María Macía,el del Secretario Provincial Arturo Estan, el delegado de la Central Obrera Nacional Sindicalista (CONS) Francisco Porras y otros muchos más.


(Falangistas supervivientes de Callosa de Segura. Archivo de Juan Manuel Cepeda)


La Falange de Alicante tenía su cabecera y sede en la localidad de "Callosa del Segura" y además tenía 37 agrupaciones pequeñas (denominadas JONS) en distintas localidades,entre otras Crevillente, Onteniente, Novelda Torrevieja, Orihuela Rafal, Alcoy, Elda, Mundamiento ...

El 19 de julio de 1936 se dio la orden de que todos los falangistas de Alicante se unieran en columnas y fueran a la capital, entrarán en el Cuartel de Benalúa, donde serían armados y luego fueran a liberar al Jefe Nacional José Antonio Primo de Rivera, que se encontraba preso en la cárcel Modelo de Alicante, junto con el Jefe Provincial José María Macía y otros camaradas.

En la finca La Torreta próxima a Callosa ya se habían reunido y preparado más de 80 falangistas y entonces "Tono Macia" ( hermano del Jefe provincial) se acercó hasta la cárcel de Alicante donde contacto con su hermano y recibió la orden de dirigirse a Alicante con todos los falangistas.

Se pusieron en marcha en varios camiones y coches particulares y al llegar al paraje denominado "los 12 puentes". Uno de los camiones se averió, decidieron esperar para arreglarlo mientras "Tono Macia" con Pelayo Zaragoza se adelantaron al Cuartel de Benalúa. Allí incomprensiblemente el Ejército no les dejó entrar y les ordenaron que se diesen media vuelta. El general García Aldave se había rajado.

Mientras tanto, un fuerte contingente de Guardias de Asalto y milicianos atacaron la columna de falangistas que se encontraba parada. Estos a pesar de casi no llevar armamento se defiendieron valientemente, sufriendo varias bajas.

Fueron detenidos 54 camaradas y el resto logró escapar a pie. Al finalizar la guerra se encontraron los cadáveres de dos falangistas que habían muerto de hambre y frío en la sierra.

Los detenidos fueron juzgados, precisamente en el Cuartel de Benalúa, y de los 54 fueron fusilados 52 el 12  de septiembre, los dos supervivientes eran menores de edad. El 29 de noviembre fueron igualmente fusilados en las tapias del cementerio de Alicante José María Macía, Jefe Provincial y otros falangistas más, entre los que se encontraban Antonio de Pinies Roca de Togores, que era el Jefe de Orihuela y los hermanos Soto Chapuli.

De la heroica Falange de Callosa lograron sobrevivir, entre otros, los hermanos Torres, Barberá, Salinas, Zaragoza, Galiana, Ballester, Bernabéu, Bañón,Navarro, Hidalgo, Serna, Grau, Benavente, Manresa, Gilabert, y Girona.

A todos los heroicos Caídos de la Falange Alicantina:


¡¡¡¡ PRESENTES ¡¡¡¡

(Tomado de Memoria Azul)

FALLECE FRANCISCO MARTÍN CASTILLO, DESTACADO FALANGISTA DURANTE LA TRANSICIÓN



A los 65 años ha fallecido Francisco Martín Castillo, Caco, uno de los referentes falangistas durante los convulsos años de la última transición política. Nació en Granada. Vivió su infancia y adolescencia en varios países de Africa central y en Adra (Almería). Estudió Bachiller en el Instituto Ramiro de Maeztu; Medicina y Educación Física en Madrid; cursó estudios de Estadística y Biología. Teniente de Complemento del Ejército del Aire (octava promoción de IMEC-EA). Gran amante del deporte, se desplazaba habitualmente en bicicleta, con la que recorrió buena parte de España, durmiendo con ella de dura almohada. Practicó paracaidismo y, en grado avanzado, aikido. Amaba la montaña, de la que hizo su herramienta de fisioterapia a raíz de un gravísimo atropello ¿fortuito o intencionado? ; su recuperación consistió en recorrer el GR (camino de gran recorrido de los Pirineos). Su trayectoria profesional fue muy variada, cubriendo diferentes áreas de la Medicina especialmente Urgencias. Fue feliz dando clase de Educación Física en el seminario San Dámaso de Madrid. Su pasión fue España, a la que sirvió toda la vida desde su exigente perspectiva falangista iniciada como flecha naval. Perteneció a diferentes organizaciones  falangistas reivindicando el auténtico espíritu y mensaje Nacionalsindicalista frente al espurio del Movimiento Nacional. Fue fundador de las Juntas de Oposición Falangista (JOF) a principios de los setenta, organización luego integrada en Falange Española de las JONS Auténtica (La Auténtica). Ha permanecido fiel a sus principios hasta su último momento por eso su mortaja ha sido su camisa azul y las cinco rosas a sus pies. Vivió sus últimos años haciendo honor a la exigencia que impone la dificultad de ser cristiano; su Confirmación fue espejo de su fidelidad por eso ha llegado al Padre Eterno con su escapulario al cuello. Deja viuda, dos hijos extraordinarios y a sus camaradas cara al nuevo Lucero que eclipsa al viejo Sol.

¡PRESENTE!