domingo, 24 de noviembre de 2013

FALANGISTAS, NAZIS Y JUDÍOS


(...)

- ¿Recaredo? ¿Se llama de verdad Recaredo?

Recaredo murió en la retirada de Leningrado, oficial de la División Azul. Durante la contienda española, había permanecido refugiado en una embajada sudamericana, y los chicos en edad militar que habían pasado por el trance sufrían el complejo de 'no haber pisado el frente'. Muchos vieron en los divisionarios la oportunidad de poner a prueba su valentía. 

Como tantos otros, Recaredo marchó a Rusia. En uno de sus permisos lo encontré en casa de Francisco Ardizone, asimismo oficial de artillería. Recién casado, su mujer esperaba un hijo. El muchacho me confió su disgusto por el trato que los judíos padecían en Alemania, versión confirmada después por la enfermeras de la SF (Sección Femenina).



A Recaredo y a las chicas -ignorantes de los campos de exterminio- les indignaba el espectáculo de los hebreos obligados a circular por el centro de la calle, la estrella de David cosida a las espaldas. Al cruzarse con ellos les ofrecían las aceras, provocando la irritación de los nazis (...)

De mis conversaciones con Recaredo deduje que la guerra estaba perdida para los alemanes. Sin embargo, su sentido del deber, o el sino de nuestra generación, le arrastraron de nuevo a Rusia. Cayó en una retirada, sin conocer a su hijo".

Texto extraído de Mercedes Fórmica. Memorias (1931-1947). Ed. Renacimiento (2013). Páginas 163 y 164.

Nota: La Editorial Barbarroja publicará próximamente un libro homenaje a Mercedes Fórmica; escritora, eficaz luchadora por los derechos de la mujer y falangista.


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