MIGUEL HERNÁNDEZ, EL POETA MARCADO POR EL DOLOR
(Artículo de José Mª García de Tuñón)
(Fotografía de Miguel Hernández)
El poeta que dicen, y es verdad, que luchó con tres heridas: la de la
vida, la del amor, y la de la muerte. El poeta que al no haber tenido el
trágico final de García Lorca es, posiblemente, por esta razón el más
silenciado de los dos. O también porque como no fue un poeta del agrado de
Lorca tuvo como consecuencia que la larga lista de exegetas que tuvo el
granadino se olvidaran del poeta de Orihuela, lo mismo que había hecho la
generación del 27 que lo maltrató dejándolo en el olvido. Miguel Hernández le
hacía sombra a García Lorca y éste no lo podía soportar: por eso el Premio
Nobel José Saramago, en la clausura del II Congreso Internacional Miguel
Hernández dijo, refiriéndose al día en que Lorca rehusó acudir a casa de
Vicente Aleixandre porque se enteró de que allí estaba el poeta de Orihuela:
«El talento del genio no da derecho a menospreciar a los demás y eso no se lo
perdono a Lorca»[1]. Pero no fue solamente éste el rechazo que tuvo por parte de otros
poetas, también sufrió el de Rafael Alberti[2]
que «no soportó le robara la etiqueta de poeta de la revolución», nos dice su
biógrafo José Luis Ferris[3]. Aunque en este caso la causa también pudiera estar motivada
cuando durante la guerra civil Hernández irrumpe un día en el edificio de la Alianza y al ver el festín
que se estaba preparando no pudo ocultar su enfado ante lo que él creía, con
razón, un gran derroche mientras otros camaradas morían en los campos de
batalla, el poeta dirigiéndose entonces a Alberti le dice: «Aquí hay mucha puta
y mucho hijo de puta»[4]. Al parecer, estas palabras fueron escuchadas por Mª Teresa León
quien muy enfadada se dirige al autor de El
rayo que no cesa, y le dice: «No tienes ningún derecho a hablar así de una
mujer y extender ese juicio a todas las mujeres de la Alianza. Eso no es de
hombres. A la contestación suya, yo le pegué una bofetada».[5]
[1] Diario “La Razón ”, 31.10.03, pág. 24.
[2] Según Torcuato Luca de Tena,
Alberti formó parte de los tribunales populares que mandó al paredón a tanta gente. El poeta le replica en el
“Abc” el 18 de marzo de 1993: ...mis abogados estudiarán el alcance y
responsabilidad de esas terribles acusaciones... La querella jamás de
produjo posiblemente porque tenía el
techo de cristal y que más le valía no meterse en berenjenales que recordaran
su vera efigie, escribió el 24 de abril de 1997 Luca de Tena en una carta
que dirigió al periodista Luis Alberto Cepeda.
[3] Diario “El País”, 12.02.02,
pág. 34.
[4] José Luis Ferris, Miguel Hernández. Ediciones Temas de
Hoy, S.A. Madrid, 2002, pág. 399.
[5] María Teresa León, Memoria de la melancolía. Editorial
Losada, S.A. Buenos Aires, 1970, pág.
289.
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