MURIENDO JOSÉ
ANTONIO
Antes
de huir en estrellada cita
lejos
y clara, mirada serena,
dirigió
a Dios su carga llevadera
y
a España le ofreció, dulce y marchita.
Acoge
Dios cual canto de alabanza
el
corazón que va a dejar el suelo
y,
sin dejar que se convierta en duelo,
le
duerme en una España de Alianza.
“Como
en aquel madero duro y frío
tu
Patria está sin sol, abandonada...
Mas...,
mi Costado abierto no en baldío
levantará
su vida en alborada,
flores
y frutos de singular estío,
José
Antonio, hijo mío, hijo de España”
Mercedes Colubi (*)
(El
primer soneto que hago en mi vida, dedicado con admiración a José Antonio Primo
de Rivera y a mi amigo José Mª Tuñón Aza)
(*) Mercedes Colubi es religiosa.
Mercedes, mira que yo le rezo a José Antonio. Es uno de nuestros mártires y el más excelso. Le mimó Dios en vida y ahora le tiene en su gloria y le ha dado el Paraíso en que no se descansa nunca. Sigue empeñado en el servicio de Dios. Lo que él quería y lo que Dios le regala.
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